Desarrolla tus percepciones sutiles

Claridad en los
pensamientosArmonía en
los sentimientosCalma en el
centro de la voluntadControl en las acciones

La calma, la armonía y la claridad son factores esenciales de la existencia. No cultivarlas es estar al lado o fuera de lo esencial y, por tanto, de lo fundamental. Así, quien vive en la confusión, la desarmonía y la agitación estéril, está justo al lado de la vida

Y hoy todo nos empuja a estar junto a nuestro verdadero ser. Hay que ser muy fuerte para resistir este torbellino. Por desgracia, creo que los próximos años serán difíciles. Por eso es imperativo recurrir a lo esencial: la Vida, la Verdad, la Pureza. Y para cultivarlas.

¿Qué ocurre si nuestra vida no se rige por la Verdad?

Esto conduce al estrés, a los bloqueos, a la pretensión, al sufrimiento, a la esclavitud, etc.

Así que, por supuesto, podemos seguir viviendo en la inconsciencia. A veces, esto incluso evita muchos problemas Pero cuando despertamos, la distorsión entre nuestra vida interior y el mundo exterior a veces es tan grande que provoca mucho sufrimiento interior. Es simplemente que no estamos alineados internamente, que no estamos en sintonía con nuestro verdadero ser. Y esto es una fuente de estrés, bloqueos y sufrimiento.

Aprender a concentrarse y a despertar ciertas percepciones permite salir de estos estados confusos y negativos.

La claridad, la armonía, la calma y la maestría están vinculadas a los cuatro fundamentos: fuego, aire, agua y tierra.

¿Nuestras percepciones se rigen por la Verdad?

Nuestras percepciones varían según nuestras creencias, nuestros conceptos, nuestros recuerdos, etc.

Un concepto es una afinidad que nos une a determinadas corrientes de pensamiento y creencias.
La memoria es una escritura que determina nuestro futuro en función de nuestro pasado.
Una inteligencia es una alianza con mundos colectivos superiores (también llamados egregores).

Mirar con el ojo no sólo aporta una percepción física, también está lo sutil, lo mágico, lo inteligible que debe ser percibido. Así, el sol, una flor o un color no serán percibidos de la misma manera por los individuos en función de su cultura (véanse las notas de referencia).

Así, uno puede discutir para dar a conocer su punto de vista. Al final, ¿es realmente útil?
Todos los puntos de vista tienen derecho a existir. Se vive con más serenidad si se sigue el propio camino y se respetan otros puntos de vista sin tratar de imponer el propio. Esto no es nada fácil en la vida cotidiana, también porque no hemos sido necesariamente educados para pensar así.

La verdadera Verdad es la que es buena para todos.

El sol es cierto.

Los árboles son reales.

La naturaleza es verdadera.

Lo que se considera agradable o desagradable, justo o injusto, suele provenir de un concepto mental, de un sentimiento o de recuerdos de antiguas experiencias.

Hay que despertar la percepción fuera de uno mismo, fuera de la personalidad, fuera de lo que nos constituye en nuestro ser mortal. Porque, de lo contrario, nuestra percepción ya está contaminada y, por tanto, distorsionada.

Detrás de cada concepto, juicio o preconcepto, hay mundos de influencias. Esto es lo que debemos percibir.

Volviendo al ejemplo de los colores, podemos asociar el color rojo con la vitalidad, el dinamismo y la creatividad. El naranja se asociará con la alegría, la felicidad, la vida interior... Cuando nuestro ojo percibe el color, podemos captar las influencias que hay detrás y ponerlas en marcha.

El camino consiste en despertar la conciencia. Es un estado de ser y también un estado de conocimiento auténtico.

Por ejemplo, el color rojo. Pensar en este color, sentirlo, no permite conocerlo realmente. Saber es ser. Es un estado de verdad.

A menudo pensamos que estamos en la verdad, porque las cosas son correctas y buenas para nosotros y parecen serlo para los demás. Pero, ¿sabemos realmente lo que es bueno para el otro?

A veces una dificultad es correcta.

Al final, si fuéramos seres con sabiduría, veríamos que todo está en su sitio. Pero no hemos sido educados para ello. Limpiarse y reeducarse es un viaje que nadie puede hacer por ti.

Sé consciente de tu forma de percibir

Hay en nosotros y a nuestro alrededor un gran número de conceptos erróneos, percepciones ilusorias, ideas preconcebidas, recuerdos tóxicos, experiencias pasadas, ensoñaciones, fantasías, creencias, informaciones fantasiosas u orientadas que nos rodean constantemente, nos penetran, nos poseen, nos condicionan y nos empujan a actuar, a hablar, a pensar en tal o cual dirección. Debemos ser conscientes de ello

Entrar en la maestría de los actos tranquilos, armoniosos, claros, mágicos y verdaderos, es estar en un discernimiento, una simplicidad, un conocimiento preciso, un conocimiento de sí mismo, de su destino, de su ser, de su obra

Hay mundos de recuerdos, poderes, inteligencias condicionadas que esperan la más mínima oportunidad para brotar y manifestarse tomando el control de nuestra vida, de nuestro ser, de nuestra alma

Percibes un objeto, un gesto e inmediatamente, un mundo de poder se apodera de ti para decirte si es bonito o feo, correcto o incorrecto. Este mundo no es necesariamente sabio y no se basa en una verdad inmutable y eterna. Así que este mundo que no es sabio, que no es correcto, sin embargo, juzgará y decidirá por ti lo que debes pensar, decir y hacer. Esto es sólo inconsciencia y mala educación

Al despertar la percepción mágica, naturalmente te darás cuenta de este engaño y simplemente "comprobarás" si el juicio, si la inteligencia que juzga es correcta o no, y entonces rectificarás tu punto de vista y saldrás del estado negativo que estaba induciendo. Hacer esto puede parecer nada, pero es la base para cambiar el propio destino y, por tanto, necesariamente el de la humanidad y la tierra como consecuencia

Los problemas y los conflictos siempre surgen sobre la base de una percepción errónea

Cultivar una percepción clara, pura, verdadera, honesta y correcta aporta felicidad.

Cultivar las percepciones no es entrar en abstracciones, ensueños o fantasías. Cultivar las percepciones es estar bien anclado en la realidad para percibir lo que realmente vive en un acto determinado, en un pensamiento determinado, en una situación determinada.

La percepción es el alma de la vida

El alma es lo que anima el cuerpo y los pensamientos, palabras y actos de la vida cotidiana

Hay un mundo que impregna y anima la realidad de nuestra vida, de lo que pensamos, sentimos, vivimos y hacemos

Si nuestras percepciones son puras, neutrales, impersonales, percibimos la verdad. Así no generamos bloqueos, tensiones y, por tanto, perturbaciones en la energía y la corriente de la vida.

¿Cómo purificar los órganos de percepción?

Para purificar los órganos de percepción, hay que entrar en la naturaleza viva, escuchar, mirar, sentir y ser tocado, estar en contacto con un mundo puro y verdadero.