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                  Bienvenido al mundo de los símbolos, símbolos zen, símbolos espirituales o símbolos esotéricos. Cada uno contiene su propia energía y simbolismo. Simplemente déjate llevar por la energía que desprende y que te habla.

                  Rodin dijo: “El hombre nunca ha inventado nada nuevo, sólo descubrió cosas”.

                  Y sí, los símbolos suelen ser reflejos de la naturaleza que nos rodea. Si echas un vistazo a tu alrededor verás que el mundo natural es una fuente inagotable de inspiración, desde las formas más simples hasta las más complejas.

                  Y luego están las figuras geométricas básicas. Tomemos el ejemplo del círculo, el cuadrado y el triángulo. Estas formas geométricas básicas, presentes en todas las culturas, son mucho más que simples diseños. Estos son patrones universales (arquetipos) que resuenan dentro de cada uno de nosotros. El círculo, símbolo de unidad, infinito y perfección, nos recuerda nuestra conexión con el universo. La plaza evoca la estabilidad, la tierra, la materia. Y el triángulo, con sus puntas apuntando hacia el cielo, representa la aspiración, la divinidad, el movimiento. Estas formas simples son los pilares de nuestra imaginación colectiva y su significado se revela a cada uno de nosotros de una manera única.

                  Un signo es un elemento simple y directo, un indicador que nos orienta hacia una información precisa. Puede ser una palabra, una imagen, un gesto o un objeto que remite a una realidad concreta e inmediata. Una señal de tráfico, por ejemplo, nos indica la dirección a seguir, mientras que un logotipo identifica una marca. El cartel es esencialmente una herramienta de comunicación práctica, un atajo para transmitir una idea de forma clara y eficaz.

                  El símbolo, por su parte, va más allá del simple signo. Evoca realidades más profundas y complejas, a menudo espirituales. Un símbolo puede referirse a una idea abstracta, un concepto universal o incluso una experiencia interior. El fuego, por ejemplo, no es sólo fuente de calor y luz, también es símbolo de vida, pasión, transformación y divinidad.

                  En resumen, la diferencia entre signo y símbolo radica en la profundidad de su significado. El signo nos dice qué hacer, es muy básico en sí mismo, mientras que el símbolo nos invita a reflexionar sobre lo que somos. Nos devuelve a una realidad mucho más profunda y toca nuestra dimensión emocional y espiritual.

                  No es casualidad que hayamos encontrado símbolos desde los albores de los tiempos, desde la prehistoria hasta nuestros días. Están presentes en todas las culturas del mundo. Los símbolos son herramientas para expresar creencias y conceptos. Son claves que nos permiten descifrar los misterios de la existencia y conectarnos con algo más grande que nosotros mismos.

                  Tomemos un ejemplo concreto para comprender mejor el matiz entre signo y símbolo.

                  Tomemos el ejemplo de la cruz:

                  • Como signo, la cruz indica un hospital, un lugar de culto o simplemente un objeto decorativo. Su significado es entonces relativamente limitado y convencional.
                  • Como símbolo, la cruz puede representar el sufrimiento, la redención, la unión del cielo y la tierra, o incluso los cuatro elementos. Entonces se convierte en un puente entre el mundo visible y el mundo invisible.

                  Origen y etimología del símbolo


                  La etimología de la palabra “símbolo” nos remonta a la Antigua Grecia. Proviene del griego antiguo "σύμβολον" (sýmbolon), que originalmente significaba "objeto cortado en dos cuyas partes unidas tras una búsqueda permiten a sus poseedores reconocerse entre sí".

                  Aquí hay un desglose más detallado de su etimología: σύν (sún): significa "con", "juntos" y βάλλω (bállô): significa "tirar", "tirar".


                  Símbolos: una clave para entender a la humanidad


                  Desde las primeras pinturas rupestres los símbolos nos acompañan. Están por todas partes. Más que un simple adorno, son puertas a nuestro mundo interior, un lenguaje universal que le habla tanto a nuestro corazón como a nuestra mente, a nuestra alma. ¡Por eso te atraen tanto!

                  Si se utilizan palabras e imágenes para comunicar hechos precisos, los símbolos evocan emociones e ideas profundas que van más allá de la simple descripción. Son como pistas, fragmentos de un rompecabezas gigante que cuenta la historia de la humanidad y que nos conectan con algo más grande que muchas veces se nos escapa.

                  En los mitos, las religiones, el arte o incluso la publicidad, los símbolos están omnipresentes. Nos tocan muy dentro de nosotros, a menudo inconscientemente. En ocasiones despiertan recuerdos, intuiciones o incluso cuestiones existenciales. ¿Te ha pasado esto alguna vez?

                  Carl Jung, el famoso psicólogo, dijo que los símbolos son “perpetuos desafíos a nuestros pensamientos”. Nos invitan a explorar los recovecos de nuestro inconsciente, a decodificar los mensajes que nos envía nuestra alma.

                  ¿Por qué nos atraen tanto los símbolos? Quizás porque nos recuerdan que somos más que simples seres racionales. También somos seres emocionales y espirituales, conectados con algo más grande que nosotros mismos. ¿Qué opinas?


                  Arquetipos o patrones universales


                  Desde los albores de los tiempos, la humanidad ha tejido historias en torno a héroes, dioses y monstruos. ¿Quién no tiene presente al famoso Ulises? Estas historias, mucho más que un simple entretenimiento, son reflejos de nuestra psique profunda.

                  Jung llamó a estas figuras arquetipos. Qué es esto ? Bueno, los arquetipos son patrones universales que moldean la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. El arquetipo del héroe, por ejemplo, representa nuestro deseo de lograr grandes cosas, superar obstáculos y encontrar nuestro propio camino.

                  Estos arquetipos son como energías que yacen latentes dentro de nosotros. Pueden manifestarse en nuestros sueños, nuestras aspiraciones o incluso en los personajes que amamos de películas y libros. Al reconocerlos e integrarlos en nuestras vidas, podemos comprendernos mejor a nosotros mismos y prosperar.

                  Muchas tradiciones espirituales y esotéricas han explorado y utilizado símbolos. Para qué ? Porque los símbolos son herramientas que te ayudan a avanzar hacia tu naturaleza divina. Cuando meditas en imágenes arquetípicas, puedes abrir una puerta a tu inconsciente y a los misterios de tu alma, y ​​descubrir tu verdadero ser más allá de las apariencias.

                  Si los arquetipos son estructuras universales del inconsciente, sus expresiones simbólicas varían enormemente de una cultura a otra. Para qué ? Porque los símbolos están moldeados por la historia, geografía, creencias y experiencias únicas de cada pueblo.

                  Imagínese una nube: cada uno ve una forma diferente. Lo mismo ocurre con los símbolos. Una barriga grande, por ejemplo, puede representar riqueza en China, sabiduría en India o gula en Occidente. Los colores también tienen múltiples significados: el amarillo es imperial en China, pero simboliza el engaño en el norte de Europa.

                  Es como si los símbolos fueran como los idiomas: tienen una gramática universal (arquetipos), pero su vocabulario y acento varían de una cultura a otra.

                  Lo fascinante es que a pesar de estas diferencias, los símbolos continúan tocándonos profundamente. Nos conectan con nuestros antepasados, con nuestra historia y con toda la humanidad.


                  Símbolos: poderosas herramientas de la mente y el alma


                  Los símbolos siempre han sido compañeros, inspirando nuestras creaciones y guiando nuestros pensamientos. Los símbolos son herramientas poderosas. Dan sentido a nuestra existencia. Nos ayudan a explorar nuestro mundo interior y conectarnos con los demás. Se suelen utilizar para la meditación, ya sea en forma de disco armonizador (práctico para llevarlo a todas partes), o mejor, en forma de lienzo impreso, cuando estás cómodamente instalado en casa.

                  Los símbolos juegan un papel esencial en la meditación, que es una práctica ancestral que tiene como objetivo calmar la mente y acceder a estados superiores de conciencia. El mandala, por ejemplo, es una herramienta de meditación que favorece la concentración y la armonización.

                  Cuando te concentras en un símbolo, puedes resonar con las energías que representa y así promover tu crecimiento personal.

                  ¿Cómo hacerlo concretamente? Puedes comenzar mirando el centro del símbolo y al conectarte al centro te estás conectando a tu propio centro. Entonces amplías la visión. Observas las líneas, los colores, los detalles. Observas sin poner nada de ti en ello. Intentas observar en la impersonalidad y tratas de dejar que el símbolo te hable en lo sutil.

                  Simplemente escuche sus sentimientos.

                  Los símbolos, con el paso del tiempo, se han ramificado como las ramas de un árbol, tomando cada uno un camino único según las culturas y las épocas. Sin embargo, ciertos símbolos, por antiguos que sean, conservan una resonancia universal. ¿Pensamos particularmente en la Flor de la Vida o el Árbol de la Vida que encontramos en muchas tradiciones y civilizaciones? Para qué ?

                  Las sociedades primitivas, enfrentadas a los elementos naturales, elevaron el sol, la luna y las estrellas al rango de divinidades. Estos símbolos, vinculados a los ciclos de la vida y la muerte, han marcado profundamente el imaginario colectivo. Incluso hoy en día, estos símbolos siguen fascinándonos y conmoviéndonos.

                  En primer lugar, responden a necesidades fundamentales: la búsqueda de significado, la búsqueda de una realidad superior, el deseo de comprender el mundo... Estas preguntas universales encuentran un eco en los símbolos.

                  Luego llevan emociones fuertes: evocan emociones profundas, como el miedo, la esperanza, el amor, que nos conectan con nuestra humanidad común.

                  Y finalmente, están anclados en nuestro inconsciente colectivo: los símbolos más antiguos se han transmitido de generación en generación, pasando a formar parte de nuestra memoria colectiva.

                  Nos demos cuenta o no, los símbolos nos ofrecen un lenguaje para explorar las dimensiones invisibles de nuestra existencia.

                  El lenguaje universal de los símbolos: una riqueza infinita

                  Los símbolos están omnipresentes en todas las culturas, pero su interpretación suele ser subjetiva y depende del contexto histórico y cultural. Si Jung afirmó que los símbolos constituían un lenguaje universal, la realidad es más compleja.

                  Los símbolos adoptan formas múltiples y variadas: imágenes, palabras, gestos, sonidos, objetos... Se inspiran en la naturaleza, en la historia, en el imaginario colectivo.

                  Un mismo símbolo puede tener múltiples significados. La cruz, por ejemplo, es un símbolo universal que tiene significados muy diferentes según las culturas. Para los cristianos representa el sacrificio de Cristo, mientras que para los aztecas se asociaba con deidades de la tierra y el agua. Esta diversidad se explica por el hecho de que los símbolos se construyen socialmente y evolucionan con el tiempo.

                  Los símbolos también juegan un papel fundamental en la construcción de la identidad individual y colectiva. Al adoptar los símbolos de una cultura o grupo, afirmamos nuestra pertenencia y nuestros valores.

                  Explorar el mundo de los símbolos es emprender un viaje al corazón del alma humana. Es comprender cómo las distintas culturas han dado sentido al mundo y a su existencia. También es una forma de conocerte mejor a ti mismo.

                  Lo importante no es necesariamente conocer el significado de tal o cual símbolo, aunque obviamente su historia puede ser fascinante. Lo que más importa es la interacción que se crea con el símbolo. Así te hablará. Porque dependiendo de quién seas, tu experiencia y tus creencias, el símbolo le hablará de manera diferente a cada uno.

                  La geometría sagrada, que estudia las formas geométricas presentes en la naturaleza y en las creaciones humanas, nos revela un lenguaje universal profundamente arraigado en nosotros. Estas formas, lejos de ser simples patrones, conllevan poderosos significados simbólicos y se han utilizado desde la antigüedad para representar las fuerzas cósmicas y los principios del universo.

                  Nuestra sensibilidad hacia las formas geométricas es innata. Los bebés y los niños se sienten naturalmente atraídos por las formas simétricas y armoniosas, que evocan una sensación de seguridad y bienestar. Esta sensibilidad se desarrolla a lo largo de nuestra vida e influye en nuestra percepción del mundo.

                  La geometría sagrada está presente en todas las culturas, en variadas formas:

                  • Antiguo Egipto: Pirámides, jeroglíficos y templos demuestran un profundo conocimiento de la geometría sagrada. ¡Sin olvidar la Flor de la Vida que encontramos en el templo de Abydos!
                  • Antigua Grecia: El Partenón y otros templos griegos están construidos en proporciones armoniosas basadas en la proporción áurea.
                  • Catedrales góticas: Sus vidrieras, rosetones y bóvedas están decoradas con complejos patrones geométricos que evocan la luz divina.
                  • Mandalas: Estos diagramas sagrados, presentes en muchas culturas, se utilizan para la meditación y la visualización.

                  La geometría sagrada sigue inspirando. ¡La prueba! ¡En Mandalashop queríamos hacerlo accesible al mayor número de personas posible! Se utiliza en la creación de joyas, objetos decorativos o complementos diversos de uso cotidiano.

                  Además, ofrecemos la mayor selección de símbolos del mercado con más de 400 símbolos en nuestro catálogo. Desde símbolos antiguos como el Tetagrámaton, el Pentagrama o el Sello de los 7 Arcángeles hasta símbolos más contemporáneos como los Mandalas o el Cubo de Metatrón, ¡hay algo para todos los gustos!

                  ¿Y para los que no saben nada de símbolos? No te preocupes, los símbolos y la belleza en general le hablan a todos. Pero sepa que la geometría sagrada también puede utilizarse como herramienta de desarrollo personal. Sepa cómo utilizarlo según sus sentimientos.