Digestión: clave para el bienestar

Tiene los mismos componentes que el cerebro en el vientre. La digestión es un arte y la comprensión pasa por la digestión. Hay que digerir las cosas y hacer un cuerpo de ellas. Nunca hay que separar un conocimiento intelectual del corazón de un conocimiento visceral, de un lado práctico, concreto. Hay que llevar el conocimiento a lo concreto.

¿Sientes cómo la digestión está bloqueada para muchos seres en sus vidas? Nunca lo digerirán y nunca lo transformarán en sabiduría.

El mundo que conocemos es especial. En este mundo hay mucha información y conocimiento. Se ha aportado una gran riqueza, pues los medios de existencia y la calidad de vida se han puesto a disposición del mayor número. El hombre, en medio de este mundo, sólo está revoloteando sobre la vida, permanece en la superficie, disfrutando de estas condiciones pero sin realizar casi nada en la digestión.

Se queda en la superficie, se aprovecha de los ambientes, de las circunstancias, pero no aprecia y no se toma el tiempo de digerir y devolver lo que ha recibido transformándolo en sabiduría.

El problema de este mundo superficial es que el hombre sólo busca disfrutar, sobrevolar lo que le sucede. Pero si un mundo te ofrece algo, es para que lo recibas y con él, vivas y hagas aparecer una vida más grande por encima y alrededor de ti.

Buscar siempre la renovación en el exterior revela que es la insatisfacción la que gobierna e impulsa la vida. La insatisfacción proviene de un modo de vida en el que la digestión está ausente. Exige el consumo y, por tanto, el saqueo de los recursos sin dar nada a cambio. Es un mundo egocéntrico que destruye su entorno encerrándose en sí mismo.

¿Cómo vas a poder transmitir algo verdadero, puro, bueno, saludable si no digieres nada, si no conduces tus experiencias hacia la liberación, si estás siempre en el disfrute del momento, aprovechando las circunstancias, los mundos con el único objetivo de sentirte bien sin interesarte por los demás y no conduciendo nada en la sabiduría universal, impersonal, inmortal?

No vivas sin digerir, sin adquirir nada verdadero, vivido, vivo que seas capaz de dar, de transmitir.

Vive, digiere y lleva dentro de ti el mensaje, la luz de tu propio entendimiento.

Si no consigues digerir un acontecimiento, es probable que se repita una y otra vez hasta que consigas hacer de él un cuerpo de comprensión y sabiduría.

Así que deja de cometer los mismos errores una y otra vez. Detente, digiere y saca el cuerpo de la sabiduría. No se trata de una sabiduría abstracta, sino de un cuerpo, es decir, de una experiencia profundamente vivida, asimilada y que ahora es una certeza, un arte de vivir, un saber hacer.

No te conformes con las apariencias, con el paisaje de la vida, con la superficie de tu ser, sino busca la profundidad y afronta tu responsabilidad. Sí, la digestión es una necesidad y te sitúa frente a la responsabilidad de tu existencia y de lo que tienes que realizar en ella.

Tengo que confesarte algo. No le estoy hablando de la digestión por casualidad. Cuando participamos en ferias de productos orgánicos y de bienestar y se puede elegir entre nuestros numerosos discos de armonización, el mandala de la digestión aparece a menudo (¡junto con el mandala de dejar ir también!).

Mientras que la digestión nos habla en el cuerpo físico, a menudo es más difícil relacionar los problemas digestivos con nuestra forma de ver, pensar, actuar y reaccionar.

El mensaje del mandala de la digestión