Las 7 reglas de oro para dejar ir
En la búsqueda del bienestar y la realización personal, resulta esencial comprender cómo dejar ir. Esta noción, a menudo asociada a la psicología positiva, la sofrología y las enseñanzas de profesionales como Cécile Neuville y Clarisse Cholet, va mucho más allá de un simple concepto. Soltar es la base de una vida equilibrada, que nos permite controlar los pensamientos parásitos, las situaciones profesionales complejas y las dependencias emocionales.
En el centro de este proceso se encuentran ejercicios de relajación, sesiones de sofrología y autoexploración a través de paseos por la naturaleza. El proceso también implica enfrentarse a las emociones negativas y al diálogo con uno mismo, y ofrece una perspectiva única sobre la confianza en uno mismo, la gestión de las pérdidas y la importancia de vivir plenamente el momento presente.
Definición de dejar ir
Dejar ir, como base fundamental del bienestar, es la capacidad de desprenderse de pensamientos negativos y conceptos erróneos que obstaculizan nuestro desarrollo personal. Se basa en la idea de ganar control sobre uno mismo, ya sea en las situaciones difíciles de la vida cotidiana, en los momentos de presión en el trabajo o en las relaciones personales.
Los ejercicios de respiración, las prácticas naturales como los paseos por la naturaleza y los métodos de relajación sofrológica son técnicas que favorecen el dejar ir emocional. Por ejemplo, Clarisse Cholet, sofróloga-analista, propone sesiones destinadas a desarrollar el control mental del discurso interior y de las dependencias emocionales. Practicando la respiración abdominal y tomando conciencia de las diferentes partes del cuerpo, es posible liberar tensiones, reducir la presión sanguínea y mejorar la salud física y mental.
Soltarse también consiste en tomar distancia de las penas, ponerse la mano en el estómago para calmar los latidos del corazón y encontrar el justo equilibrio entre la vida cotidiana y los momentos de relajación. Al liberarnos de ideas erróneas y adoptar una perspectiva positiva, dejar ir se convierte en una práctica natural que facilita afrontar los retos de la vida.
Pero antes de entrar en materia, me gustaría contarte una pequeña historia budista que descubrí.
La historia de los monjes joven y viejo
Érase una vez dos monjes budistas que estaban de viaje. Uno era un monje viejo y el otro era joven. En su viaje llegaron a un río muy turbulento y en su orilla había una mujer joven.
Estaba claramente preocupada por cómo iba a llegar al otro lado del río sin ahogarse.
El joven monje pasó junto a ella sin mirarla y cruzó el río.
El monje anciano se acercó a la mujer y la cargó sobre sus hombros.
Una vez cruzado, la dejó en el suelo, se separaron y continuaron su viaje.
A medida que avanzaba el viaje, el viejo monje pudo ver cierta ansiedad en la mente del hombre más joven. Así que le preguntó qué le pasaba.
El joven monje respondió: "¡Cómo te atreves a llevarlo así! Sabes que no podemos tocar a las mujeres, va en contra de nuestra forma de vida".
El viejo monje replicó: "Dejé a esa mujer junto al río hace mucho tiempo, pero ¿por qué sigues llevándola?"
El viejo monje había infringido las normas, pero por una buena razón. Una vez alcanzado su objetivo, lo dejó y siguió adelante. Nunca pensó en ello. El joven monje, en cambio, no había tocado a la mujer. Pero llevaba en su mente las acciones pasadas del viejo monje, así como la carga emocional de esta infracción de las normas.
¿Qué nos enseña esta historia?
En realidad, en la vida, el pasado no tiene por qué ser una carga. Puede verse como una simple experiencia de la que tienes la oportunidad de aprender algo positivo, una lección.
El pasado ya pasó, se acabó. No se puede cambiar. Si te aferras a algo que sucedió en el pasado y te causa dolor, cada vez que lo revivas experimentarás el mismo dolor una y otra vez.
Esto creará un círculo vicioso de sufrimiento para ti.
Deja el pasado en el pasado y vuelve a conectar con el momento presente.
El pasado sólo se puede aceptar.
Ayer es una historia.
Mañana es un misterio.
Hoy es un regalo.
Por eso se llama presente.
Aferrarte a determinadas personas o situaciones impide que tu vida fluya libremente como el agua en un arroyo. Confía plenamente en la vida y en la Madre Tierra, sabiendo que te llevarán sano y salvo a tu destino, pase lo que pase.
Deja atrás el pasado para hacer sitio a lo nuevo en tu vida.
Esto aliviará tus hombros de cargas pesadas e innecesarias.
¿Por qué no puedo dejar ir? En el trabajo o en el amor.
La incapacidad para dejar ir puede deberse a una serie de factores, a menudo complejos y específicos de cada persona. He aquí algunas posibles razones por las que a algunas personas les cuesta dejar ir:
1. Miedo a lo desconocido. Miedo a lo desconocido: Dejar ir a menudo implica enfrentarse a lo desconocido y a la incertidumbre, lo que puede generar ansiedad en algunas personas.
2. Perfeccionismo: A los perfeccionistas les suele resultar difícil dejar ir porque intentan controlar constantemente todos los aspectos de su vida y temen fracasar.
3. Apego emocional: Si tienes un apego emocional a algo, no lo dejes ir. 3. Apego emocional: Si tienes un fuerte apego emocional a una situación, persona o resultado, puede ser difícil dejarlo ir, incluso si es necesario para tu bienestar.
4. Falta de confianza en ti mismo: Dejar ir puede ser difícil. Falta de confianza en uno mismo: Dejar ir requiere confianza en uno mismo y en la capacidad de afrontar los retos. La falta de confianza puede interponerse en el camino.
5. Creencias limitantes : Unas creencias muy arraigadas sobre la necesidad de controlar todos los aspectos de la vida pueden dificultar el proceso de dejar ir.
6. Hábitos de pensamiento: Los pensamientos negativos pueden dificultar el proceso de dejar ir. 6. Hábitos de pensamiento: Los pensamientos negativos, las cavilaciones y los patrones de pensamiento destructivos pueden crear un círculo vicioso que obstaculice la capacidad de dejar ir.
7. Educación o cultura: Determinados contextos culturales o educativos pueden dificultar el proceso de dejar ir. Educación o cultura: Ciertos entornos culturales o educativos pueden fomentar el control y el dominio, haciendo más difícil aceptar el dejar ir.
8. Miedo a perder el control: Para algunas personas, dejar ir se percibe como una pérdida de control, lo que puede desencadenar sentimientos de inseguridad.
9. Resistencia al cambio: Dejar ir a menudo implica un cambio, y algunas personas se resisten de forma natural al cambio, incluso al cambio positivo.
10. Necesidad de validación externa: Si buscas constantemente la validación de los demás, puede ser difícil dejar ir, ya que puede implicar no cumplir las expectativas de otras personas.
Es importante reconocer estas barreras y trabajar en ellas gradualmente, posiblemente con la ayuda de un profesional de la salud mental, para desarrollar estrategias que promuevan el dejar ir y el bienestar emocional.
Si aspiras a soltar profundamente, a dejar ir de verdad, tengo 7 reglas de oro que te ayudarán a conseguirlo.
¿Cómo se aprende a relajarse y a dejar ir?
1) Aprende a dejar ir sentándote en el suelo
Un poderoso método consiste en sentarse frente a una masa de agua mientras se cultiva un estado de profunda calma, contemplación, quietud, unión y fusión con la naturaleza viva.
Sentarse en el suelo y cultivar la quietud es todo un arte. Saber sentarse en el suelo correctamente significa invitar a entrar en ti a todos los seres que han practicado este método con pureza desde el principio de los tiempos.
Es este estado de ánimo, esta sensibilidad, este respeto lo que necesitas tener para practicar este método: necesitas sentirte uno con todos los seres puros, auténticos y sinceros que han practicado este ejercicio.
Al querer vivir como un egoísta (consciente o inconscientemente), nos aislamos de los demás, nos encerramos en nosotros mismos, nos encontramos aprisionados y esclavizados por una imagen falsa y fabricada de nosotros mismos. En cambio, al abrirnos a los demás con pureza, al participar plenamente en su empresa, encontramos nuestro verdadero ser, nuestra libertad, nuestra plenitud. Por supuesto, no debemos unirnos con cualquiera, sino sólo con seres auténticos, honestos y puros.
En todas las tradiciones de los pueblos del mundo, sentarse en el suelo con respeto, adoptando una postura propicia a la relajación, la meditación, el despertar, la dignidad y el honor, para entrar en el mundo sagrado y escuchar en silencio al espíritu universal, siempre se ha considerado un acto de higiene psicológica elemental, de salud integral y de autorrealización.
Puede que pienses que este método es simplista, pero en realidad a menudo son las cosas más sencillas las que resultan más eficaces.
Y puede que te estés preguntando qué relación tiene esta práctica con el dejar ir Bueno, sígueme hasta el final y entenderás por qué es esencial
Necesitas sentarte en el suelo con sencillez, autenticidad y honestidad. El alma de la tierra y el alma del agua no engañan: nos reflejarán la imagen de nuestra propia alma.
Otra clave es querer sentarse en el suelo a la manera del verdadero ser eterno que hay en ti. Al principio lo intentamos, fingimos, imaginamos y al cabo de un rato nos sentimos inspirados, saboreamos nuevas impresiones, cambia nuestra visión del mundo..
2) Armonizar los 4 elementos
Todos los desequilibrios físicos y psicológicos que experimentamos pueden resolverse armonizando los cuatro elementos. Estos cuatro elementos no son sólo físicos, sino también energéticos, espirituales... Se encuentran en todas partes.
Le invito a leer el artículo que escribí sobre este tema, titulado"Vivir en armonía con los 4 elementos".
Sentarse frente a una masa de agua es un acto mágico, ya que reúne los cuatro elementos.
Acostúmbrate a cultivar la calma serena en el centro de los cuatro elementos.
La experiencia demuestra que la presencia del agua hace más eficaz la meditación, el recogimiento y la oración. Tiene la capacidad de despertar la vida interior del hombre. Aumenta el poder del pensamiento, la imaginación y la vitalidad. El agua de un lago de montaña es especialmente beneficiosa.
3) Ejercicios para dejar ir: cultivar el silencio y la calma
¿Qué es la calma?
Quietud en los deseos.
¿Qué es la armonía?
Quietud en los sentimientos.
¿Qué es la claridad?
La quietud en el pensamiento.
Cuando tienes problemas en tu vida, cuando no te sientes bien, tienes que aprender a volverte como una estatua.
Volverte una estatua significa entrar en una inmovilidad total, pero no congelándote, tensándote. Hay que cultivar todo lo contrario. Mediante una hábil mezcla de autocontrol y relajación corporal, puede producirse el milagro: el cuerpo desaparece.
Sea cual sea la postura elegida, debe ser cómoda y la espalda debe estar recta de forma natural. En la columna vertebral se esconde el fuego misterioso que permite despertar la conciencia y el autocontrol. Cuanto más puedas apoyar el peso de tu cuerpo en el suelo, más sentirás cómo se desarrolla en ti la energía de la calma serena.
La conciencia debe permanecer siempre alerta y la respiración profunda puede utilizarse para centrar el pensamiento y la vida interior en la claridad mental.
La clave del éxito es sentir la verticalidad del cielo, que eleva y despierta, y la horizontalidad de la tierra, que sostiene y calma.
Si ofreces tu amor a la tierra apoyándote en ella con confianza, absorberá no sólo tu peso, sino también todas tus impurezas, preocupaciones y problemas.
No debes sentarte a pensar cuál es la mejor manera de resolver tus problemas. Eso es una trampa. Debes sentarte a comulgar con la tierra, el cielo y contigo mismo. Entonces los problemas se resolverán.
Si, una vez sentado en el suelo, no puedes mantener el cuerpo quieto, simplemente demuestra que realmente necesitas esta técnica y que tienes que empezar a aprender. Hay cosas que requieren práctica. Superando esta dificultad cambiarás toda tu vida e incluso mejorarás tu salud y tu vitalidad.
4) Ser como un lago.
Es una imagen que me gusta utilizar porque dice mucho.
El cuerpo físico del hombre corresponde a las rocas que delimitan el lago y forman su fondo. La autoconciencia, el yo terrenal, la personalidad con sus deseos, sentimientos y pensamientos corresponden al agua del lago. Abajo está la tierra que descansa en el fondo del lago y arriba está la inmensidad del cielo. El agua está llena de influencias, de movimientos que ponen en juego partículas, y todo ello forma imágenes en sí misma, que determinan la personalidad, las acciones y el destino.
En el fondo del lago hay cieno. Cuando se remueve el fondo, el hombre recibe imágenes, inspiraciones, patrones, estados mentales inferiores que lo hunden en la oscuridad, la confusión, la ignorancia y la enfermedad. Ya no sabe quién es.
Cuando el agua se calma, el cieno se hunde en el fondo y se asienta allí. El agua se vuelve transparente y pura. Entonces puede ser fertilizada por los rayos del sol y reflejar nubes, estrellas y árboles. Las plantas y los peces pueden desarrollarse en ella. De este modo, el hombre recibe imágenes y conocimientos superiores, y tiene acceso a estados superiores de vida y conciencia.
Del mismo modo, el hombre es como la flor de loto que lucha por emerger del fango y abrirse camino a través de las corrientes e influencias que la arrastran a diestro y siniestro.
Sólo cuando la planta se haya abierto camino a través del mundo del agua podrá florecer y ofrecer sus más bellas fragancias a un mundo más grande y más bello.
Es importante cultivar estas imágenes porque nos recuerdan el camino que nosotros mismos debemos recorrer para florecer.
Meditar ante un lienzo de geometría sagrada, como la Flor de Loto, el Árbol de la Vida o la Flor de la Vida, ofrece una experiencia profundamente enriquecedora. Estos símbolos ancestrales, imbuidos de significados espirituales y esotéricos, sirven de portales hacia la trascendencia interior.
Al enfrentarse a estas armoniosas formas geométricas, la mente encuentra naturalmente un foco tranquilizador. La meditación adquiere entonces una dimensión especial, guiando los pensamientos hacia un estado de calma y conexión espiritual. La Flor de Loto, símbolo de pureza y renacimiento, o el Árbol de la Vida, que representa la interconexión de toda la existencia, se convierten en puntos de concentración propicios para la exploración interior. La meditación ante estas obras de arte sagradas ofrece una experiencia visual y espiritual única, que invita a la contemplación, la introspección y el autodescubrimiento más allá de los límites de la vida cotidiana.
5) Cómo dejar atrás el pasado y liberarse de los condicionamientos
En el mundo moderno existe la creencia de que existimos por nuestra cuenta y que podemos hacer lo que queramos. Cada individuo es único, pero también forma parte de un todo. Funcionamos con el todo. Si nos disociamos de él, nos creamos problemas.
Existe un principio de paz y cohesión en la naturaleza. El principio de armonía es universal.
Nuestro entorno y nuestra educación nos condicionan en grado extremo. Nuestro condicionamiento es cultural, social, familiar, etcétera.
Tenemos que reconocer que una gran parte de nosotros mismos proviene del condicionamiento. Nuestros deseos, sentimientos y emociones están condicionados por nuestra cultura, nuestra religión, nuestra época.
Detrás de los pensamientos, actitudes y acciones de los seres humanos se esconde un vasto reino invisible poblado de criaturas vivas. La vida no está fragmentada, sino que se manifiesta como un vínculo fraternal que une a todos los reinos de la naturaleza y a todas las criaturas del mundo.
Por eso, cuando el hombre corta el vínculo que le une a la conciencia superior común, envenena no sólo su propio destino, sino también el de los reinos que están por debajo de él. La vida ya no circula entre los seres. El hombre genera entonces pensamientos parasitarios que le atormentarán y le harán sufrir.
El hombre puede muy bien vivir en la tierra sin ningún vínculo con la inteligencia superior divina, sin amor, sin sabiduría, sin conciencia, pero entonces ya no es un hombre, es un consumidor, una máquina.
La vida es un camino peligroso, y nada puede sustituir el espíritu de despertar, la vigilancia y, sobre todo, el esfuerzo y el trabajo para lograr la plena posesión de uno mismo y la autorrealización.
Tenemos que reconocer que, desde el momento en que nacemos, estamos rodeados de influencias que quieren lo mejor para nosotros. Se hacen cargo de nosotros y nos conducen por el camino de la educación y el aprendizaje de la vida. Pero, ¿con qué fin(es)?
Tenemos que admitir que, desde la infancia, intentan inculcarnos ciertos deseos, ciertas inclinaciones, hábitos, conceptos y formas de estar en el mundo.
Darse cuenta de que actuamos constantemente a partir de condicionamientos y creencias es un gran paso en el camino. Aprender a liberarse de ellos es la clave de la calma serena y la autorrealización.
Para liberarse de los condicionamientos, hay que ayunar de los sentidos. ¿Qué significa esto? Bueno, lo ideal sería hacer un retiro de varias semanas en la naturaleza, escuchando el sonido del viento en los árboles, el canto de los pájaros y el murmullo del arroyo, mirando la naturaleza. El objetivo es mirar, tocar y sentir sólo lo que es bello y verdadero, es decir, la naturaleza. Y gracias a la naturaleza, nos limpiamos y nos liberamos.
6) Despertar el pensamiento consciente
Volviendo a la imagen del hombre del lago, el hombre que no sabe pensar no hace más que remover el fango del fondo del lago. Apesta el aire y contamina el agua de la conciencia y de la vida. Entonces aparece el sufrimiento.
Al hacer consciente el pensamiento, se da cuenta de que ha dejado entrar en él pensamientos que no se ajustan a la buena vida, al amor, a la justicia. Decide velar por sí mismo y formar conscientemente pensamientos que lo vinculen a las regiones superiores de la inteligencia y la paz. Entonces todo en él y a su alrededor se transforma.
En general, los hombres vigilan sus acciones, pero se dejan llevar por sus pensamientos.
Da fuerza a tus pensamientos, hazlos vivos y activos. Tienes que dejar atrás tu educación.
Caminar por la naturaleza viva y vaciarte de pensamientos, sentimientos y deseos mundanos es un ejercicio muy bueno. Tienes que dejarte llenar por las formas, colores y olores de la naturaleza, permaneciendo vacío de pensamiento. Al cabo de un rato, sentirás una sensación de bienestar, alegría y reposición.
7) ¿Cómo dejar ir y ser uno mismo? EL secreto definitivo
La base de la técnica consiste en sentarse en el suelo, relajar el cuerpo entrando en el silencio y el bienestar. La relajación no se consigue durmiéndose, sino liberando toda tensión innecesaria y despertando la conciencia en cada parte del cuerpo. La vida debe circular libremente.
Hay que sentir la tierra y hacer que el agua esté presente en uno mismo y a su alrededor. Esta agua existe por sí misma y se hace visible cuando centramos nuestra atención y sensibilidad en ella. Es entonces cuando aparecen los pensamientos, sentimientos, deseos y motivaciones que rigen las palabras, el comportamiento y las acciones de la vida cotidiana.
Dejarse llevar consiste, de forma desapegada, en observar estas manifestaciones en el agua. Tienes que observarte a ti mismo. Estos pensamientos, estos estados de ánimo, estas fuerzas no están aislados, sino que están conectados con todos los que piensan y actúan en afinidad. Cuanto más poderoso es el dejarse ir, la relajación, la calma despierta, más amplia se vuelve la visión hasta abarcar el todo.
La muerte es el verdadero gran dejarse ir, y por eso muchas personas que se han acercado a ella dicen que pudieron contemplar las grandes imágenes de su vida.
No te enredes demasiado intentando transformarte según un modelo impuesto. Cálmate, tranquilízate, reconoce lo que es sin juicios preconcebidos, sin miedo, sin retroceder, sino yendo hasta el final de tu búsqueda para encontrar tu verdadero "yo" y dejar que trabaje en ti en silencio, confianza y amor.
Sé que a menudo es más fácil decirlo que hacerlo, pero todo lo que tienes que hacer es relajarte, reconocer lo sublime en tu vida y confiar en ello para volver a ser quien realmente eres.
Ése es el secreto de dejarse llevar: volverse transparente al verdadero ser que Soy eternamente. Pensar, sentir y actuar en él.
Dejar ir significa desprenderte del ego falso y efímero para que poco a poco puedas tomar conciencia del verdadero ser, del ser en ti mismo y en todo, de la transparencia y la luminosidad.
Cuanto más se abandonan los pensamientos, sentimientos y preocupaciones del yo efímero, más calma, armonía y claridad pueden instalarse en el agua de la conciencia, revelando la inmovilidad que es la puerta de entrada a la presencia del ser en uno mismo y en todo.
Dejar ir significa desprenderse de lo negativo, es decir, de todo lo que desordena la vida, la complica y estorba.
Dejar ir es ante todo una filosofía, un modo de vida. Es la búsqueda de una aptitud para la felicidad, un culto a la sencillez y al buen humor. Es centrarse en lo esencial. Empezar a introducir la inmovilidad en los propios gestos, deseos, sentimientos y pensamientos, sin dejar de estar vigilantes, significa detener todas las manifestaciones del yo fabricado y del mundo exterior.
Dejar ir significa también abandonar nuestros prejuicios prefabricados, nuestra educación y la filosofía de nuestra sociedad enferma y anárquica y volverse hacia lo grande, lo noble, lo verdadero, lo bueno.
Trabajar el desprendimiento y la confianza en uno mismo
Tal vez pienses que las prácticas mencionadas anteriormente son simplistas e inofensivas...
¿Y si intentaras ponerlas en práctica?
Lo que me gustaría intentar hacerte comprender es quenecesitas cultivar un determinado estado interior y encontrar el equilibrio adecuado para que se produzca el soltar. Y esto se aplica a todas las virtudes como la Paz, la Confianza, etc.
De este modo, hay estados básicos que cultivar para proporcionar un buen suelo a las virtudes (recuerda la imagen del lago).
Éste es realmente EL secreto último: aprender a cultivar la gran calma dentro de ti mismo dominando tu esfera de pensamiento, sentimiento y voluntad.
Aprende a poner el cieno de nuestros estados mentales, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra voluntad en el fondo del lago. Y cuando se den todas las condiciones, la flor de loto podrá florecer.
Esta flor eres tú, es tu alma, tu verdadero ser.
Una vez desarrollado este estado del ser, la técnica del dejar ir consiste en apartarse de la película de la propia vida, en cierto modo extraerse de ella para tener una visión más clara y recibir una nueva fuerza que te permita poner las cosas en su sitio.
Al final, esto sucede de forma natural. Pero si no empiezas a practicar, no te ocurrirá nada rien.Tout, nada te afectará. Mira las cosas y las situaciones de forma neutral, como son en realidad.
Esto evitará que pierdas energía y que te cueste dormir.
El torbellino de la vida dejará de arrastrarte.
Te desprenderás de la forma en que te miran los demás (soltar las relaciones)
Podrás calmarte, tomarte un respiro y controlarte.
Te darás cuenta de que hay sabiduría en todo.
De que la vida es perfecta.
De que la vida es bella.
Y no olvides que no estás solo. Los profesionales, como psicólogos, terapeutas de relajación o terapeutas, están ahí para apoyarte si es necesario.
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Fuente:
- "How to let go - a Buddhist story" de un vídeo publicado en la página web de Sébastien Lecler.
- "Les secrets du lâcher prise" publicado por Essenia
- Palabras de sabiduría del libro "La Guérison de l'Âme" (Ediciones Essenia)