El poder de nuestros mandalas vibratorios
El mandala: representación de la vida
A lo largo de la historia, los mandalas se han utilizado para liberar la energía creativa y centrarse en los pensamientos positivos. Fueron diseñados para estructurar y armonizar la vida interior. Cada mandala vibra en su propia frecuencia y libera energías específicas como el equilibrio, la armonía, la apertura del corazón, la alegría, la energía, la curación, la creatividad, la paz..
Elemento del Feng Shui, el mandala aporta equilibrio y armonía a su hogar o a cualquier lugar donde decida colocarlo.
Nuestros mandalas son contemporáneos y únicos
Hay muchos mandalas en el mercado, y quizá se pregunte qué tienen de diferente
Básicamente toda forma irradia, esto se llama una onda de forma.
Pero no todas las formas irradian de la misma manera.
Nuestros mandalas están inspirados en la sabiduría de la naturaleza y han sido diseñados para nuestra época según la geometría sagrada y las ondas de forma
Cada mandala es una fuerza creativa y una fuente de inspiración ilimitada. Cada mandala corresponde a una virtud, una influencia positiva, con la que puedes relacionarte y trabajar.
A través de sus colores y formas, tienen el poder de reequilibrar las energías. Te ayudarán en tu vida diaria gracias a su poder energizante y armonizador.
¿Por qué se crearon los mandalas vibratorios?
En nuestro mundo moderno, donde todas las energías se dirigen deliberadamente hacia el éxito material, es cada vez más difícil y raro poder dedicar tiempo a lo que es más vasto, más grande, más esencial. Nuestra felicidad requiere la apertura de un espacio espiritual que nos conecte con las energías sagradas. Nuestra alma necesita alimentarse para florecer.
Podemos estar rodeados de comodidades y tener todo lo que podamos imaginar, pero seguimos sintiendo una sensación de insatisfacción, ansiedad y angustia. Nuestro corazón, nuestra conciencia y nuestra alma anhelan algo esencial, algo espiritual
Los más despiertos saben que los bienes materiales no pueden satisfacer todas las necesidades de nuestra alma. Por supuesto, son útiles para el bienestar del cuerpo, pero son totalmente ineficaces para satisfacer nuestras aspiraciones más profundas y nuestra necesidad de felicidad interior. Nuestra alma quiere tener una experiencia real de espiritualidad.
Aquí es donde los mandalas vibracionales pueden entrar en juego. Son mediadores y agentes del equilibrio entre el cuerpo, el alma y el espíritu. Desde la antigüedad, la gente utiliza los mandalas porque sabe que es necesario armonizarse con el Alma y el Espíritu universales que animan la naturaleza viva, fuente de beneficios.
Cada mandala vibratorio tiene su propia forma de pensamiento, alma e influencia. Reflejan la diversidad del mundo, de culturas, pueblos y filosofías. Sin embargo, hay un rasgo común que los une a todos: su deseo de reunir las energías dispersas con la Fuente Única, con el centro divino.
Es con este estado de ánimo que uno debe acercarse a un mandala vibratorio para armonizarse con su aura, su alma. No debes perder de vista que están a tu lado para ayudarte a recorrer el camino de la felicidad y la plenitud. Su papel es fomentar la energía de la buena suerte y ayudarte a crear la atmósfera que permitirá que todos tus dones y habilidades dormidos se despierten.
Tal vez este sea el sentido de la vida y la felicidad: despertar el potencial divino que yace latente en cada persona para crear un mundo de ideas, sentimientos, colores, sonidos y movimientos armoniosos.
Mandalas para cultivar su vida interior
Los mandalas vibracionales están diseñados para estructurar y armonizar la vida interior. Por su estructura, nos armonizan y nos llevan a cultivar nuestro espacio interior. El mensaje es claro: no basta con rodearnos de belleza y de cosas que nos gusten, sino que debemos permitir que la belleza emane de nuestro interior, para convertirnos en una fuente de belleza y energía
Básicamente, el mundo exterior es un reflejo de lo que somos. Así que cuanto más descubrimos y cultivamos la belleza en nuestro interior, más aparece a nuestro alrededor.
Mandalas para cultivar el pensamiento positivo
Los mandalas vibracionales se han desarrollado a partir de un saber hacer que unifica el arte, la ciencia y la religión (la etimología de la palabra religión viene de "religare", que significa conectar).
Básicamente, son creaciones artísticas y están destinadas a decorar las paredes de una casa, una habitación, un lugar de oración o meditación. Sin embargo, se han desarrollado a partir de un conocimiento preciso de un mundo mágico e invisible para mejorar la calidad de vida. En esto, son la aplicación de una ciencia real.
Su aspecto espiritual radica en que aumentan la energía positiva y nos conectan con estados mentales y de conciencia más elevados. El sentido fundamental de toda espiritualidad es aumentar lo positivo y conectar a las personas con Dios, la naturaleza y todas las criaturas vivas en el respeto y el amor mutuos.
Todos los mandalas vibratorios actúan sobre la mente, el corazón y la vida al mismo tiempo. Son totalmente positivas, ya que unifican de forma natural todos los componentes del ser humano y su entorno.
Hoy se nos presenta por todas partes una ciencia opuesta a la religión, o unas obras artísticas que no significan nada y que nos vinculan al caos y al desorden. Esto desestructura al ser humano y conduce a un descenso de la energía. El hombre, sin fuerzas, no puede luchar contra las influencias malignas que buscan destruir la tierra. En todas partes hay luchas y guerras porque se ha perdido el secreto de la armonía entre la ciencia, la religión y el arte.
El arte está omnipresente en nuestras vidas, pero ¿es un arte que nos ennoblece o nos envilece? Esta es la gran pregunta que toda persona consciente y despierta debería hacerse.
Los mandalas vibracionales tienen una dimensión espiritual, ya que están conectados con un mundo mágico y nos conectan con lo sagrado, con la energía de la vida.
Mandalas para centrar, enraizar y armonizar
El verdadero poder de los mandalas vibratorios proviene del hecho de que están centrados y de que nos muestran la necesidad de centrarnos en lo Divino que está dentro de nosotros, que somos nosotros. Cuando somos divinos, somos nosotros mismos e irradiamos.
A través de su estructura, el mandala nos habla de la creación y laarmonía del cosmos. Conecta el interior, el microcosmos, con el exterior, el macrocosmos. Los planetas que se mueven en círculo alrededor del sol constituyen un mandala. Del mismo modo, las galaxias con su forma de espiral o los electrones que orbitan el núcleo del átomo reflejan la misma estructura, la misma inteligencia que se manifiesta en lo infinitamente pequeño y en lo infinitamente grande.
El punto central representa la fuente creativa, la divinidad, la eternidad. La espiral simboliza el principio femenino, la esfera respiratoria, la creación, el tiempo.
Cuando estábamos en el vientre de nuestra madre formamos un mandala. Nosotros éramos el centro, y la placenta, con el líquido amniótico, era la espiral de la evolución.
En este momento somos el centro de nuestra vida y nuestra aura irradia fuerzas, influencias a nuestro alrededor.
La estructura de los mandalas nos anima a armonizarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno. La espiral nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de nuestra relación con nosotros mismos, con los demás y con el cosmos. Hay varios centros dentro de nosotros que emiten vibraciones: el centro del pensamiento, del sentimiento, de la voluntad y del cuerpo.
Mandalas para llegar al centro de su mismo
Todo en ellos habla del centro, todo gira en torno a este centro misterioso y por eso tienen el poder de recentrar, de enraizar, de armonizar.
Todas las preguntas, malentendidos y ansiedades del hombre desaparecen como la noche antes del sol naciente cuando se restablece la conexión con los centros internos y externos. El centro interior está en armonía con el centro del universo y con todos los centros. El centro es uno.
Cuando estás verdaderamente centrado en ti mismo, entras en armonía con el centro de todo. El mandala está centrado y por eso irradia una energía tranquilizadora y estructurante.
Lo primero que hay que hacer es tomar conciencia del centro dentro de uno mismo y también fuera de él. Estos dos centros son realmente un solo centro. Así, el sol que brilla en el exterior ofreciendo su luz, su calor, su energía al mundo, es el mismo que vive en nuestro centro, generando pensamiento, sentimiento, voluntad dentro de nosotros.
Esta conciencia fundamental nos empuja hacia una intensaarmonización.
Cuando tomamos conciencia de nuestro centro, nos damos cuenta de que todo gira en torno a él, que todo depende de él. El "yo" en sí mismo, la fuerza del Espíritu, debe permanecer en el centro.
Algunas influencias quieren monopolizar el centro para convertirse ellas mismas en centro de interés y atención.
El centro es nuestra verdadera riqueza, nuestra libertad, nuestra creatividad. Si lo abdicamos a la periferia, lo perdemos todo.
Todos estos centros deben estar en armonía entre sí y con los centros correspondientes del macrocosmos.
Seamos o no conscientes de ello, estamos conectados a una multitud de círculos, desde el más pequeño hasta el más grande.
Todo el mundo está conectado a la tierra, a ciertas piedras, árboles, animales, humanos, deidades. Cuando progresamos, cuando nos armonizamos y nos enriquecemos en Sabiduría, todos los círculos, los remolinos que salen de nosotros se cargan de energía benéfica para la felicidad de todos los seres conectados a ellos.
Poner en movimiento es la clave, es el poder de la espiral, del círculo. No basta con estar a favor de la paz, sino que la paz debe convertirse en un centro de interés, en un fundamento de la vida, y debe ponerse en marcha, debe formar círculos cada vez más grandes.
Sólo un centro puede crear una espiral. Si no tienes un centro dentro de ti, no puedes tomar las riendas de tu vida, ser responsable de tus actos, convertirte en un creador de bondad, de bienestar.
No se trata de encontrar el centro para ser independientes, para aislarse de los demás, para ser más que el mundo. El centro sirve para unificarnos en el respeto y la belleza.
Nos convierte en cocreadores del mundo, del futuro. Cada centro es una parte de la divinidad encarnada que hace florecer el mundo con mil colores. La divinidad está en el centro de todos los centros.
Es fundamental reflexionar sobre el círculo y el centro. Tenemos que mirarnos a nosotros mismos para descubrir lo que vive en el centro de nuestra conciencia, de nuestra motivación más profunda y en el círculo de nuestras preocupaciones, de nuestras relaciones, de nuestros contactos, de nuestros intercambios vitales.
Meditando en el centro y el círculo descubrirás el mandala de tu propia vida.
Todo está conectado por el círculo y la espiral. De ahí surge una comunicación armoniosa y equilibrada que conecta los mundos y puede generar una auténtica Paz.
El mensaje básico de nuestros mandalas
El mundo es mágico, es sagrado, divino, hermoso, sublime. La vida es un misterio y sigue siendo un misterio hagas lo que hagas
Su mensaje es "Entra en armonía con el mundo mágico y deja que la belleza entre en ti. Este mundo no está contaminado por el bien y el mal hipócritas. Es puro. Al sintonizar con ella, sentirás que lo auténtico, lo puro, lo eternamente verdadero emerge dentro de ti.
Lo más importante en la vida es la vida misma. Es la base. Lo que haces con la vida nunca es más importante que la vida. Los mandalas vibracionales están en armonía con las fuerzas mágicas de la vida y animan a todas las formas de vida a encontrar esta armonía profunda, esta ósmosis. Tienen el poder de sacarnos de nuestra agitación diaria y despertarnos a la omnipresencia del mundo sagrado y a la magia de la vida.
El enfoque de Mandalashop
Lo que percibimos en un mandala vibratorio, como en cualquier otra cosa, está en función de lo que somos, de lo que experimentamos
Para resolver nuestros problemas, siempre hemos recurrido a la vía física y hay que reconocer que los resultados han sido mediocres. Ahora podemos entender la importancia del lado invisible y del lado energético. Esto abre un camino nuevo y más elevado.
La belleza física aumenta la energía y nos permite elevar el alma y el espíritu.
Los mandalas vibracionales ayudan a reestructurarnos y son un recordatorio de la presencia del mundo mágico dentro y alrededor de nosotros.
Somos conscientes de que nadie le habla de los símbolos como nosotros. Es una pena, pero también es el punto fuerte de Mandalashop.
El mundo te enseña a quedarte en la periferia de las cosas pero también en la periferia de ti mismo. Cuando estás centrado, nada puede tocarte. Todo fluye. Eres fuerte.
Y, por supuesto, a algunos mundos les interesa que seas débil porque así dependes de ellos.
Los símbolos de la geometría sagrada te muestran el camino. Son herramientas maravillosas para el despertar si realmente quieres utilizarlas como tal.
El mandala del exterior eres tú Si te atraen los símbolos es normal Es como si te atrajera la luz al final del camino.
Y todos buscan la luz, consciente o inconscientemente.
Hemos imaginado y creado todos estos artículos en torno a los símbolos de la geometría sagrada para acompañarte en tu vida diaria. Irradiarán sus hermosas vibraciones y te guiarán por el camino de la luz.
Este es el final de este artículo. Espero que lo haya disfrutado
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Fuentes:
El poder de los mandalas energéticos, Ed. Essenia