8 mandalas para una actitud zen

- Categorías : Salud y bienestar

¿Tiene la sensación de que su vida está totalmente fuera de control, de que no tiene tiempo para sí mismo y de que ya no puede apartarse de las presiones de la vida cotidiana? ¿Y si tratas de ver las cosas de otra manera?

El zen es bueno. Tener una actitud zen es aún mejor. ¿Pero cómo se hace?

He aquí algunos consejos para conseguir este bienestar mental que todo el mundo puede hacer

Cómo tener, cultivar o recuperar la actitud zen

El zen no es sólo una forma de vida, sino un estado mental que puede cultivarse en la vida cotidiana. Los niños necesitan esta filosofía para vivir mejor con las limitaciones de su edad y apreciar las cosas bellas que ofrece la vida.

¿Cuál es la actitud zen?

La zenitud se refiere a la actitud zen, es decir, a la postura serena que generalmente se atribuye a las prácticas de meditación budistas. Ejemplo: Ante el creciente estrés, es mejor adoptar la zenitud (¡y una buena sesión de relajación tampoco viene mal!)

También podría llamarse un estado de serenidad o una gran calma interior.

De alguna manera, es como si todo fluyera sobre ti, como si nada pudiera ya tocarte, sacudirte. No es que seas indiferente a lo que ocurre a tu alrededor. Sólo que todo está en su sitio y que hay sabiduría en todo.

Es sobre todo una forma de percibir el mundo, de mirarlo.

Requiere mucho trabajo interior. Y para ayudarte, los mandalas vibratorios son excelentes herramientas.

Cultivar la actitud zen

Dejar ir, la relajación, el cultivo de la calma y la actitud zen son técnicas terapéuticas que tienen como objetivo ampliar los límites de la conciencia y explorar las posibilidades que se esconden en su interior.

Soltar consiste en dejar descansar el falso y efímero yo para entrar poco a poco en la conciencia de lo verdadero, del ser en uno mismo y en todos, de lo transparente y luminoso.

Es un momento sagrado de comunión silenciosa con el universo que llena todas las manifestaciones de la vida. Este pasaje debe hacerse con toda sencillez. Todas las falsas identificaciones deben ser puestas en el suelo y entregadas a la tierra una por una.

Entonces aparecen la ligereza y la transparencia: el ser esencial puede ser percibido como una conciencia superior. Esta conciencia es sublime más allá de la imaginación y el trabajo espiritual consiste no sólo en encontrarla, sino también en profundizarla. Cuanto más se abandonen los pensamientos, los sentimientos y las preocupaciones del yo efímero, más calma, armonía y claridad podrán instalarse, permitiendo que surja la quietud que es la puerta de entrada a la presencia del ser en uno mismo y en todo.

¿Qué es la calma? La quietud en los deseos.

¿Qué es la armonía? Quietud en el sentimiento.

¿Qué es la claridad? Quietud en el pensamiento.

¿Qué ocurre cuando el cuerpo físico entra en perfecta quietud? En lugar de dormirse, se funde con la tierra y se expande hasta hacerse uno con ella. Lo mismo ocurre con los deseos, los sentimientos y los pensamientos: la quietud los expande y los hace fundirse con su esencia más pura.

Dejar ir permite abandonar lo negativo, es decir, todo lo que entorpece la vida, la complica e impide la fusión con la esencia, el origen, el fundamento. La esencia del pensamiento es la claridad. Cuando el pensamiento alcanza la claridad, se funde con su alma, entra en el infinito y la inmovilidad. La quietud produce el silencio que permite alcanzar la conciencia superior.

Dejar ir es sobre todo una filosofía, una forma de vida. Es la búsqueda de una aptitud para la felicidad, del culto a la sencillez y al buen humor. Te centras en lo esencial.

Empezar a introducir la inmovilidad en los gestos, los deseos, los sentimientos y los pensamientos sin dejar de estar atentos y creciendo en alerta, es detener todas las manifestaciones del yo fabricado y del mundo exterior. La naturaleza eterna puede así comenzar a manifestarse, a ponerse en movimiento, a expresarse, a revelarse.

Las imágenes de la actitud zen: 8 mandalas bajo el microscopio

El mandala de la calma

Este mandala nos invita a estar simplemente donde estamos, conscientes, tranquilos, presentes. Nos invita a sentir el bienestar del descanso y del silencio lleno de vida, a ampliar nuestros horizontes mentales, a dejar que nuestros pensamientos y nuestros corazones se vuelvan ligeros para sentir el mundo con largueza.

El mandala de la respiración

Este mandala nos dice que a través del aire, algo quiere tocarnos, despertarnos. Todo es cuestión de sutileza. Cuando respiramos, seamos conscientes de que el aire está vivo y de que lleva influencias. No debemos centrarnos en las influencias creadas por el mundo exterior, sino intentar conectar con lo más puro y real.

Respirando conscientemente, que el pensamiento sea claro y el corazón ligero.

El mandala de la paz

Este mandala nos enseña que la paz es, ante todo, un estado de vida interior que nada puede perturbar y que se consigue elevando la conciencia y estableciendo el orden cósmico dentro de uno mismo. De este estado del ser surge la vibración de la paz en el exterior.

La armonía y la justicia sólo son posibles en el mundo cuando el hombre ha encontrado la verdadera paz. De esta paz fluyen todos los beneficios de la vida.

El mandala de dejar ir

Este mandala nos invita a no identificarnos sólo con el cuerpo, sino a ser uno con el universo. Nos dice que estamos en el infinito, en el todo posible, a través de lo que vive en el cuerpo. Y que a través del cuerpo podemos revelarnos, manifestar lo que somos, convertirnos en creadores.

El mandala de la serenidad

Nos invita a sentir cómo crece la calma en nuestro interior y nos invade un fabuloso desapego.

El mandala de la claridad

Nos invita a ser conscientes de las ilusiones creadas por el mundo exterior, a discernir lo falso de lo verdadero, incluso y especialmente en nuestra propia vida interior

La claridad mostrará el verdadero camino oculto en el interior.

El mandala de la meditación

Nos dice que se puede decir que una meditación ha alcanzado la madurez cuando nuestra forma de ver el mundo ha cambiado profundamente.

El mandala de la paz mental que irradia su energía al corazón

Este mandala lleva toda la sabiduría de su título. Y personalmente este mandala es mi elección número uno para cultivar una actitud zen

Como habrás notado, la selección de mandalas que te propongo es en tonos azulados y malvas. El azul es el color número uno que aporta paz y calma.

Obviamente, en el mandala vibratorio, la forma también jugará un papel. Por lo tanto, algunos mandalas, aunque sean azules, serán mucho más energéticos que otros

Si comparas el Mandala de Dejar Ir y el Mandala de la Paz Mental ves que no es para nada la misma vibración, la misma energía.

Crear un espacio zen en su casa

Encuentra todas nuestras ideas para crear un espacio zen en casa en :

- 5 maneras de crear una atmósfera zen -
Pintura zen: eleva las vibraciones de tu interior -
4 buenas razones para armonizar tu casa con símbolos

En determinados soportes, como los cuadros, o incluso las bandejas de dinamización, le proponemos que imprima el mandala de su elección (que indicará en los comentarios del pedido).

Elige el mandala que te haga sentir más zen

Aprender la actitud zen

El budismo es, sin duda, la religión que más concretamente ha transmitido los valores de la actitud zen, de la paz, buscando la calma interior, la meditación, la paz de la mente, la interiorización, el contentamiento, el dejar ir, la liberación de las ilusiones que son fuente de deseos y conflictos... El propio Buda era un símbolo de paz.

A través de sus enseñanzas, el Buda trató de llevar la purificación del agua de las relaciones. El Buda, el "Despierto", fue despertado por el agua. Era un ser de compasión y benevolencia. Siempre trató de lograr la paz, el amor, las relaciones correctas, entre las personas, pero también con los animales. Era gentil, pacífico.

El Buda quería liberar al hombre y al mundo del sufrimiento.

Enseñó este camino ascendente, la elevación a otro mundo. No enseñó la paz a través de las armas, sino a través del trabajo interior, lailuminación interior.

Por lo tanto, el hombre debe aspirar en todas las condiciones a la paz interior, esforzándose por considerar sólo los aspectos positivos y reconfortantes de la vida, incluso en circunstancias aparentemente negativas. Debe trabajar conscientemente para equilibrar y enderezar su pensamiento dándole un movimiento ascendente. De este modo, podrá cambiar los aspectos malos de su destino aceptando sin recriminación las dificultades y pruebas que encuentre, convencido de que serán una fuente de nuevos conocimientos, de lo que es real y de lo que no lo es, en una palabra, de pensar de forma correcta.

Omraam Mikhaël Aïvanhov dijo:

"La paz es un estado interior y nunca puede alcanzarse suprimiendo nada en el exterior. Es dentro de uno mismo donde primero hay que eliminar las causas de la guerra

Estamos llegando al final de este artículo. Espero que lo haya disfrutado.

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